Jesús moncada

Literatura

Literatura

Jesús Moncada es un escritor que domina un lenguaje depurado y muy expresivo en los temas, la estructura de la acción, la trama, la verosimilitud de los personajes. A veces, es sencillo, coloquial, fresco como en las conversaciones de la calle, o de los cafés. En otras ocasiones, el lenguaje es más rebuscado, más barroco, denso y complicado, como en Camí de sirga, pero utilizado con coherencia para hacernos conectar con el ambiente épico y mágico del mundo maravilloso que describe.

Artur Quintana indica que Moncada se sitúa en la época del postfranquismo o postnuevocentrismo, donde el modelo de lengua era más bien purista [1]. Hacia los años setenta del siglo XX, se desarrolló un movimiento con mucha presencia de la consciencia lingüística entre los escritores que escribían en lengua catalana.

Hèctor Moret, en su reflexión sobre la lengua de los escritores aragoneses de expresión catalana, considera que la preocupación por la lengua es una característica básica de su modelo de lengua [2].

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[1] Quintana, Artur (1983): “La llengua de Moncada” dentro de la obra de Hèctor Moret Xandra. Estudis aragonesos de llengua i literatura. Artur Quintana i Font. Associació Cultural del Matarranya. Institut d’Estudis del Baix Cinca.

[2] Moret, H. (1998): Indagacions sobre la llengua i la literatura catalanes a l’Aragó. Associació Cultural del Matarranya. Institut d’Estudis del Baix Cinca, pp. 127-129.

Moncada asegura que las incorporaciones de la lengua de Mequinenza están hechas con delicadeza. Estas variantes dialectales están más presentes en los diálogos de los personajes en los cuentos donde la lengua de Moncada se manifiesta con un registro más coloquial.  

En diversas entrevistas afirma: Jo no escric pels mequinensans, pels barcelonins o pels catalans: jo escric i prou [1].

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[1] Vidal, Pau (2001): El País. Quadern 951, pp. 1-4. Yo no escribo para los mequinenzanos, para los barceloneses o para los catalanes: yo escribo y basta.

 

Pere Calders afirma que a Moncada le preocupaban con plena consciencia el país, el idioma y los cambios de la época [1].

Ramón Sistac, (2005:43) cree que en general, y desde el punto de vista lingüístico, la obra de Moncada destaca por la adjetivación, el léxico, la complejidad sintáctica y el uso de la fraseología y los estereotipos. También destaca por el uso de locuciones, refranes y frases hechas, que son los aspectos en los que el escritor se muestra más innovador y que dan sentido a la idea de Sistac (2005:44) de que Moncada crea a partir de la lengua establecida [2].

La galeria de les estàtues fue publicada en 1992 en catalán y unos años después en castellano [3]. Carme Alcover considera que esta obra se ajusta a los modelos de los realistas Flaubert, Clarín, Pardo Bazán, como una configuración elemental del género novelístico, que en términos de Darío Villanueva, sería la de un relato extenso en prosa que narra aquello que les pasa a unos personajes en ciertos momentos y en determinados lugares [4].

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[1] Calders, Pere: afirmación que aparece en el prólogo de  Històries de la mà esquerra.

[2] Sistac, R: “Una llengua de luxe”. Serra d’Or. Barcelona, 2005, p. 43, citado en la obra de Laura Farré Badia: L’estil literari de Jesús Moncada a Estrèmida memòria. Gara d’Edizions, Zaragoza, 2019.

[3] La crítica ha sido abundante. Haremos algunas referencias a partir del análisis que hace Carme Alcover en su estudio El idilio y la ciudad provinciana en “La galeria de les estàtues” de Jesús Moncada. Rolde. Número 91-92 (2000).

[4] Alcover, Carme: O.c., p. 52.

Alcover analiza la obra de Moncada a partir de la teoría de los subgéneros novelísticos de Bajtín [1], el cual propone un método que nos permite penetrar en la epidermis del objeto estético al presentarnos, en su investigación, la concepción del espacio-tiempo y la imagen del hombre en la novela.

El tiempo idílico es aquel que se encuentra sujeto a los acontecimientos en determinados lugares, al país de origen con sus rincones, a las montañas, campos, ríos, casas, bosques y valles natales. La vida idílica y sus acontecimientos son inseparables de este rincón espacial concreto donde han vivido padres y abuelos, donde vivirán los hijos y los nietos.

Finalmente, el idilio combina la vida humana con la naturaleza, la unidad de sus ritmos, el lenguaje común para los fenómenos de la naturaleza y los acontecimientos de la vida humana. Adquiere especial relevancia el idilio en relación con la proximidad con el amor y la muerte.

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[1] Idem. Batjín, Mijail (1989): Teoría y estética de la novela. Semionología, Madrid, Taurus (375-409).

Continúa Alcover diciendo que algunas críticas de la obra de Moncada solamente han visto aspectos parciales dentro de los cánones del relato regional y costumbrista, sin ver que estamos delante de una historia donde el idilio es substancial, no solamente en esta novela sino en toda su obra.  El tiempo idílico en “La galeria de les estàtues”, de Moncada, sufre una reelaboración, la naturaleza, el río Ebro que pasa por Mequinenza, y la familia, su padre, su madre, Agnès de Vallmajor, se subliman, en tanto que fuerzas con poder y sabios de la vida universal, estos elementos están destinados a buscar el ideal de sociedad en la línea rousseauniana de progresión y allí radica su diferencia con el hecho regional [1].

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[1] Alcover, Carme: O.c., p. 53.

Otros especialistas en análisis literarios ven al autor como un planificador del tiempo donde no hay ninguna hora descrita al azar. Biosca [1] Percibe en el autor la creación de un mundo místico, repetitivo y cíclico; con un espacio casi homogéneo como es su Mequinenza natal, junto con la voluntad de recuperación y de recreación literaria de un mundo configurado desde el recuerdo, para que no sufra olvido, pero sin la imbricación fenomenológica que se ha analizado.

Xavier Moret [2] destaca su cualidad de novela ciudadana que tiene mucho de Zaragoza. Trinidad de León-Sotelo [3] añade su ruralismo.

Mario Sasot [4] insiste en su condición de novela provinciana, de ciudad mediana, como una nueva Vetusta, donde conviven militares, beatas, curas, estudiantes, profesores, policías, putas…

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[1] Biosca, Mercè, Emilio Bayo (1991): Guía de lectura de Jesús Moncada. Ed. La Magrana. Barcelona. Citada per Alcover, p. 54.

[2] Moret, Xavier (1993): “Jesús Moncada en Torrelloba”. El País, 7 de agosto.

[3] León-Dotelo, Trinidad (1993): ABC, 25 de noviembre (reseña).

[4] Sasot, Mario (1991): “Un mequinenzano escritor de un río y de sus gentes”. Heraldo de Aragón, 3 de diciembre.

Premios

1971 – Premio Joan Santamaria.

1988 – Premio Joan Crexells de narrativa por Camí de sirga.

1988 – Premio de la Crítica de narrativa catalana por Camí de sirga.

1989 – Premio de la Fundació d’Amics de les Arts i les Lletres de Sabadell.

1989 – Premio Ciutat de Barcelona.

1989 – Premio Crítica Serra d’Or de novela per Camí de sirga.

1997 – Premio Joan Crexells de narrativa per Estremida memòria.

1998 – Premio Crítica Serra d’Or de novela per Estremida memòria.

2001 – Premio de los Escriptors Catalans de l’AELC.

2001 – Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya.

2001 – Medalla de Oro Isabel de Portugal de la Diputación de Zaragoza.

2004 – Premio de las Letras Aragonesas de la Diputación General de Aragón.

Jesús Moncada

Los cuentos

Los cuentos de Jesús Moncada son unos relatos con acción cuyo objetivo en el aula no es solamente entretener o producir placer con su lectura; son fundamentalmente unos textos para el debate y la discusión, la expresión y la creatividad.

mequinenza

Sentido de su obra artística

El universo literario de Jesús Moncada se sitúa, básicamente, en el pueblo de Mequinenza antes de su derribo bajo las aguas en el año 1966.

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